Follé a una paraguaya tetona en la ducha y luego en el colchón
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Nunca olvidaré ese culo. Enorme, redondo, de esos que invitan a meterla sin pensarlo. Era una morena paraguaya de cuerpo perfecto, tetas firmes, piel suave y un coño completamente depilado. La follé en el baño mientras el vapor de la ducha nos cubría, sus gemidos rebotaban en las paredes. Luego fuimos al colchón tirado en el piso, y ahí empezó lo bueno: mamadas lentas y profundas, montadas calientes con sus nalgas chocando contra mi pelvis, y luego el misionero, mirándonos a los ojos mientras le llenaba el coño. Gritaba mi nombre, mojada, entregada, pidiéndome más. Una cogida sucia, húmeda y perfecta.
25 abril, 2025