Metiendo la verga en la boca de una rubia tetona

Era imposible apartar la vista de ella. Su cabello rubio caía en suaves ondas que reflejaban la luz, y cada movimiento suyo tenía esa mezcla perfecta de encanto y misterio. Con una sonrisa que parecía guardarle un secreto, se acercó, y en un instante, el mundo alrededor desapareció. Su risa era como un susurro, y mientras sus manos se entrelazaban, su mirada lo invitaba a una complicidad silenciosa y embriagadora, como si solo ellos dos existieran en ese momento. Bueno una de esas tantas mañanas desperté a mi novia caliente con mi verga. Le metí la cabeza en la boca y ella instintivamente la abrió para darme una mamada automática. Ver como mi polla desaparecía me ponía mas caliente, además ver esas hermosa tetas solo hacían que cada chupada me llevara a la gloria.

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5 noviembre, 2024