Rehuevon de tener un buen culo y hacer huevadas
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En la intimidad de su cuarto cerrado, ella se giró hacia mí con esa risa pícara que siempre me desarma. Llevaba un jean ajustado, pero en su cuerpo todo cobraba un magnetismo único a pesar se estar un poco rellenita todo esta en su lugar, tremendas tetas y un enorme culo que me tiene embobado. Se acercó, rozando sus manos con las mías, y me miró fijamente, como si supiera el caos que desataba en mi mente. Tenía la verga mas duro que un palo. Su confianza, su sensualidad innata, me dejaban sin palabras. Cuando deslizó sus brazos alrededor de mi cuello y se apoyó ligeramente contra mí, el calor de su cuerpo despertó todos mis sentidos, recordándome que no había nada más hermoso que ella. Le baje el jean y ahí parados hicimos el amor.
14 noviembre, 2024